Gracias a todos ellos he podido disfrutar de 7 días en el Edén, 7 magníficos días marcados por el Estudio, la piscina, la terrible ausencia de mi rubia (la Cruzcampo), el sentimiento a los colores blanquinegros de Castalia...
¡GRACIAS! Sin duda alguna, una semana que ojalá hubiese durado un mes para disfrutar de toda esa magnífica gente que tenía a mi alrededor. Sólo un pero. Lo único malo que tiene tan grato lugar es la ausencia de algo esencial como es esa pedazo de rubia que enamoró a un mozo sevillano de 16 años desde el momento en que la probó. Si, habéis acertado, hablo como arriba de la Cruzcampo, esa cerveza inigualable. Sín duda Benicassím ganaría más con ella presente. Jeje. Sín más, me despido con la ilusión de volver el verano que viene y con la esperanza de que no haya sido un incordio a pesar de los cánticos sevillistas y de mi infante manera de ser.
Orellut hasta la muerte, albinegre mes que mai.
P.D.: Si alguien sabe quienes eran las dos mozas que iban agarradas a mí (o yo agarrado a ellas) desde la iglesia del pueblo hasta Casablanca y en el interior de la discoteca que me ponga en contacto con ellas. (25 y 26 años, una rubia y otra pelirroja) :P
